jueves, 23 de mayo de 2013

Procesos de Producción Industrial

Proceso de obtención de celulosa



Procesos de producción.

PROCESOS DE PRODUCCIÓN



Un proceso de producción es un sistema de acciones que se encuentran interrelacionadas de forma dinámica y que se orientan a la transformación de ciertos elementos. De esta manera, los elementos de entrada (conocidos como factores) pasan a ser elementos de salida (productos), tras un proceso en el que se incrementa su valor.
Cabe destacar que los factores son los bienes que se utilizan con fines productivos (las materias primas). Los productos, en cambio, están destinados a la venta al consumidor o mayorista.
Las acciones productivas son las actividades que se desarrollan en el marco del proceso. Pueden ser acciones inmediatas (que generan servicios que son consumidos por el producto final, cualquiera sea su estado de transformación) o acciones mediatas (que generan servicios que son consumidos por otras acciones o actividades del proceso).

Por otra parte, aunque existen una gran cantidad de tipologías de productos, podemos mencionar las principales: los productos finales, que se ofertan en los  mercados donde la organización interactúa, y los productos intermedios, utilizables como factores en otra u otras acciones que componen el mismo proceso de producción.
Los procesos productivos, por su parte, pueden clasificarse de distintas formas. Según el tipo de transformación que intentan, pueden ser técnicos (modifican las propiedades intrínsecas de las cosas), de modo (modificaciones de selección, forma o modo de disposición de las cosas), de lugar (desplazamiento de las cosas en el espacio) o de tiempo (conservación en el tiempo).
Según el modo de producción, el proceso puede ser simple (cuando la producción tiene por resultado una mercancía o servicio de tipo único) o múltiple (cuando los productos son técnicamente interdependientes).

La importancia de la Revolución Industrial en el proceso de producción
La Revolución Industrial fue, seguramente, uno de los hechos que más influyó en los manejos productivos de todo el mundo ya que marcó un antes y un después no sólo en la forma en la que se desarrollaría la producción sino también en los estratos sociales.
La Revolución Industrial se inició en el Reino Unido a finales del siglo XVIII y provocó cambios rotundos en la sociedad anglosajona que afectaron considerablemente su economía. Dichas modificaciones tuvieron que ver con la inserción de estructuras automáticas que provocaron que la región pasara de tener una producción agrícola tradicional a una mecanizada.

Es necesario señalar, que rápidamente la revolución industrial alcanzó a otros países, haciéndolos crecer rotundamente y colaborando con la estructura económica de los mismos; en esta segunda fase se vieron más firmemente los cambios que este movimiento trajo a los tipos y modos de producción. Cabe mencionar que el trabajo se trasladó del campo a la ciudad, al crearse métodos manufacturados de trabajo y nuevos servicios que hicieron que creciera la cantidad de ofertas laborales en las grandes urbes y muchas personas se trasladaran de las regiones más desérticas a la ciudad para mejorar sus condiciones de vida.
Los cambios que la revolución industrial trajo sobre el proceso de producción fueron:
* Cambio en la estructura organizativa de las fábricas (dejaron de existir los pequeños talleres para dar lugar a enormes estructuras donde se producía en masa);
* Implementación de herramientas más tecnológicas en la elaboración de los productos para aumentar la eficiencia productiva;
* Cambio en la estructura social de la ciudad (los que poseían los medios productivos fueron llamados empresariosy los que trabajaban, empleados).
La tecnología es, por su parte, un factor que modifica constantemente los procesos de producción; tal es así que, a medida que pasa el tiempo, los innumerables avances que se realizan en materia de herramientas de trabajo vuelven menos pesados los trabajos y colaboran con una mejor calidad de vida para los empleados; sin embargo, muchas personas están en contra de estas transformaciones porque consideran que de este modo, los puestos de trabajo a disposición de las personas se reducen y por ende, aumentan los individuos que carecen de trabajo.
Es importante, por tanto, señalar que, si bien la tecnología puede colaborar muchísimo con la calidad de vida de las sociedades, de las personas depende hacer un buen uso de ella y no vivir a su disposición, sino utilizándola para vivir de una mejor forma.